Como suele decirse, equivocarse es humano y, al igual que en otros aspectos o lugares, también cometemos errores a la hora de mantener nuestro vehículo en buen estado o cuando estamos conduciéndolo.
Algunos de estos errores o despistes en el coche son leves, pero existen otros que nos pueden salir, literalmente, muy caros. Y son los siguientes.
APURAR DEMASIADO EL DEPÓSITO
La reserva de combustible puede depararnos más de una sorpresa. Por mucho que sepamos hasta dónde apurarla, conducir en reserva supone un riesgo por partida doble.
Por un lado, podemos recibir una multa, no por el hecho de quedarnos sin combustible, sino por vernos obligados a estacionar en un lugar no autorizado o a realizar maniobras que comprometan la seguridad vial.
Por otro lado, apurar demasiado el depósito hace que la bomba de combustible tenga que trabajar más para absorberlo, lo que acorta su vida útil. Además, la bomba también absorberá los sedimentos del fondo del depósito, que acabarán en los filtros o en los inyectores.
EQUIVOCARSE DE COMBUSTIBLE
Llenar el depósito en cuanto entramos en reserva o incluso antes es lo más recomendable… siempre que no nos equivoquemos de combustible.
Si te ocurre y te das cuenta enseguida, lo mejor es que avises a la grúa para que lleve el coche a un taller, donde extraerán el combustible del depósito.
Si sufres este despiste y no te das cuenta enseguida, no tardarás mucho en hacerlo: el coche empezará a dar tirones y terminará parándose. La gravedad de los daños varía, aunque estos suelen ser mayores al repostar diésel en un coche de gasolina que a la inversa.
NO COMPROBAR EL NIVEL DE ACEITE
El nivel de aceite debe comprobarse cada 3000 km y siempre que vayamos a realizar un viaje largo.
No cambiar el aceite puede tener graves consecuencias, ya que se pierde capacidad de lubricación y las piezas sufrirán un desgaste prematuro (el motor puede incluso llegar a griparse).
NO COMPROBAR EL ESTADO DE LOS NEUMÁTICOS
Es muy importante comprobar el estado de los neumáticos, pues son el único punto de contacto con el asfalto.
Los aspectos que tenemos que revisar para asegurarnos de que se encuentran en perfectas condiciones son la presión (en frío), el dibujo y la cristalización.
DEJAR LAS LUCES ENCENDIDAS
Este despiste es de los más frecuentes y se ha llevado muchas baterías por delante.
Si olvidas apagar las luces, lo más probable es que la batería se descargue. Puedes intentar reanimarla con unas pinzas o arrancar en cuesta abajo. Pero, si aun así no funciona, no tendrás más remedio que cambiarla.
Por tanto, presta mucha atención a los aspectos de los que acabamos de hablar. No ya por la factura del taller, sino por tu seguridad y la de los demás.